Hace poco salió a la venta la novela gráfica "Joker", de Brian Azzarello (guión) y Lee Bermejo (dibujo).
Mucha gente cree que esta historia está inspirada por "The dark knight", sobre todo por el tono de cine negro del conjunto y el aspecto del psicópata, muy cercano a Ledger. Bien, esto no es cierto.
Este comic se comenzó poco después del estreno de "Batman Begins" y existen pruebas graficas de ello. De hecho, fueron los cineastas los que se inspiraron en la visión de Bermejo y no al revés.
Aclarado este punto, debo comentar que el tebeo ha tenido un éxito total. A todo el mundo le encanta. A mi no. A mi no me ha gustado. Para empezar, por que es asqueroso.
Sí, es cierto, adoramos al Joker. Y se trata de un verdadero maniaco homicida sin una pizca de humanidad. Pero le adoramos por una buena razón: por que las historias en las que participa están bien planteadas.
En los comics el personaje está atado a los designios del guionista de turno. La versión predominante los últimos 20 años es la inspirada en "La broma asesina" de Allan Moore. Pero también vemos algo del narcisista de Frank Miller o del bromista de Englehart. En cualquier caso, su personalidad es más una cuestión de azar que otra cosa.
Jack Nicholson era un bufón asesino completamente sobreactuado que nos hacía reir mientras se cargaba a la gente que le caía mal. Además, era el protagonista absoluto de la película, un hombre que ha sido "asesinado" por un justiciero y tiene que reinventarse a si mismo. Los crímenes más injustificables del payaso los hace fuera de campo (como tirar a su novia por la ventana) o son evitados por Batman (el asesinato de toda la ciudad).
El Joker de la serie de dibujos animados, creación de Bruce Timm y Mark Hamill, es un villano puramente maligno, sin matices, pero también es un simpático perdedor que ve una y otra vez como sus planes homicidas fracasan sin que pueda hacer nada al respecto. Es carismático, gracioso e incluso puede resultar terrible.
Heath Ledger resulta fascinante. No sabemos nada de él, pero no lo necesitamos. Se inventa su origen cuando la apetece y tiene una filosofía de vida nihilista y complicada. Es la complejidad de su mente enferma lo que nos resulta atrayente. No es simplemente un asesino tarado, es un tipo con un compromiso serio con El Caos y que tiene un plan que piensa llevar a cabo. Su genialidad y falta de escrúpulos lo convierten en una figura asombrosa.
El Joker de esta novela gráfica, sin embargo, carece de estilo o sutileza alguna. Para empezar, es un drogadicto, algo que en más de setenta años jamás habíamos visto en el personaje. Sus cambios de humor son impredecibles, mata "por que sí" y su obsesión por recuperar la ciudad inunda cada página. Una mezcla del Joe Pesci de "Casino", el Al Pacino de "Scarface" y cualquier psicópata del tres al cuarto.
Debo admitir que, visualmente, se trata de un trabajo perfecto. El dibujo y el color son excelentes, aunque un poco barrocos y recargados para mi gusto.
Entiendo que la novela gráfica posee una calidad objetiva innegable pero, simplemente, no es de mi estilo. Me gustan las historias oscuras pero no las que son REMATADAMENTE CRUELES. Sobre todo cuando esa crueldad NO está justificada y carecemos de un relato profundo con personajes multidimensionales. Vamos, que es todo muy simple.
Además, algunas cosas chirrían (y mucho) con eso de querer encajarlas en un mundo de crimen organizado. Me refiero a Dos Caras, un tipo que en este comic hace las veces de rival del Joker. Es presentado como el perfecto Michael Corlleone, con su mansión, su esposa, su dinerito... pero vamos a ver ¡¡ES UN CRIMINAL AL QUE TODO EL MUNDO CONOCE Y QUE TIENE DOBLE PERSONALIDAD!! ¿No hemos perdido un poco el norte con eso de la "licencia artística"?
Batman, como era de esperar, practicamente no aparece y cuando lo hace es incapaz de evitar la tragedia. Tenemos una nueva desmitificación aquí. A ver cuando llega alguien a desmitificar la desmitificación, hostias...